lunes, 24 de marzo de 2014

Bebés & Perros, magnífica combinación.

Hace ya casi dos años que, por primera vez, puse en contacto a mi perrita Keka con niños.
Iba al domicilio de la pequeña Sira a cuidarla y acompañarla. Se lo propuse a sus padres, a lo que aceptaron encantados.
Una vez por semana, Keka me acompañaba a casa de la pequeña Sira.
Así durante casi 18 meses, pude  ver cómo Keka se dejaba abrazar por Sira con esa energía tan pura; como Keka observaba a Sira, desde el silencio y la cercanía, cuando reptaba, gateaba o se lanzaba en sus primeros pasos, cuidadosa de que no le ocurriese nada; cómo lamía sus manitas o piececillos descalzos en señal de sumisión hacia ella; y cómo ahora después de esos casi dos años sigue haciéndolo con el resto de bebés y niños, y lo que es más importante que el comportamiento de los bebés hacia los perros, en su gran mayoría, por lo menos en los casos que yo he vivido y sigo viviendo, todos, absolutamente todos, interactúan  de la misma manera, mostrando gran curiosidad, amor y afecto de forma instintiva y natural hacia los canes, sin mayor intervención por parte del que acompaña que de la observación y la presencia, dejando ser a cada uno lo que es, sin más.