martes, 3 de julio de 2018

Hasta pronto, pequeños grandes maestros

No es nada fácil la profesión de acompañar.

Acompañar es mucho más que cuidar, es sostener, es escuchar, es no hablar, es esa mirada que contiene, un gesto de amor, una caricia que calma, la observación meditativa constante y presente, el estar en mi para poder estar en vosotros, es ponerse al lado cogidos de la mano y no enfrente o detrás, es haberte visto tu primero para poder haber visto al otro, es sentir la tibieza del cansancio y ejercer honestidad para poder darte el permiso de frenar cuando la energía ya no es la que era en un principio, soltar, soltarme, en un ejercicio de aceptación a lo que es, en un ejercicio de acompañamiento a nuestra alma.

Es momento de parar, de tomar un respiro, de cuidarse, nutrirse de otros compartires, otras personas, otros quehaceres, otras rutinas, otros aires, y quién sabe si esto será un "hasta pronto" o un "adiós", sólo la vida sabe lo que está por venir, o posiblemente, nosotros mismos somos los que mejor lo sabemos, demos espacio al tiempo.

 Sólo puedo sentir una admiración y agradecimiento profundo a todas esas personitas con las que he vivido una de las experiencias más maravillosas de mi existir; a Sira, Bruno, Makena, Enzo, Aymar, Sophia, Iker, Kai, Mara, Joel y Kenya, Gracias por haber acompañado a la niña que soy, en esta reciprocidad compartida.

Y recuerden el amor incondicional no es de los niños hacia los adultos, ellos ya nos aman incondicionalmente, sino de los adultos hacia los niños. De todos nosotros depende despertar, porque como decía Carl G. Jung, "Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro Despierta".




"Aquéllo que todo el mundo anhela está presente eternamente
 brillando en el corazón de toda experiencia".
 Rupert Spira


















domingo, 3 de diciembre de 2017

Me Cuidas te cuido

Cuidar, asistir, guardar, conservar, amar lo que está fuera de mi como si estuviera dentro de mi.
Y al cuidarlo, cuidarme a mi, por dentro y por fuera.

Cultivar. Dar a la tierra y a las plantas las labores necesarias para que fructifiquen. Fructifico en los cuidados que dispenso. Fructifico en los cuidados que recibo.

Cuido, guardo, conservo, cultivo, amo...Yo soy, si tú eres. Yo gano si ganas tú. Si todos ganan. Me guardo si fructifico en lo demás.

Soy tierra y preciso de todas vuestras labores para brotar y crecer.

Te cuido, me cuidas, cuidamos...

Sólo se conoce bien lo que se cuida.


(MJP)

El Bosque Habitado (Radio 3)


sábado, 4 de noviembre de 2017

Charla Gratuita "hablamos sobre las necesidades en la primera infancia" Miercoles 8 de noviembre a las 20.00horas


Abriendo el ciclo de Charlas en Mar D'Amura en el Barrio del Cabanyal, Valencia, Charla Coloquio dentro del ciclo de Talleres del Club de Profesores.

Intentaremos reflexionar sobre las necesidades reales desde un punto de vista biológico y antropológico.

Taller guiado por esta Iniciativa y por María Olmos, Acompañantes respetuosas en la primera infancia.






domingo, 3 de septiembre de 2017

Necesidades en el desarrollo evolutivo

Ahora que es momento de inscripciones en las diferentes modalidades que existen para que las familias puedan conciliar en la etapa de 0 a 3, es importante saber que los bebés NO necesitan socializar porque, entre otras cosas, su cerebro no está preparado para ello. Desde un punto de vista biológico hay que tener en cuenta que en la edad de 0 a 3 no hablamos de niños, sino de bebés. La necesidad más básica de un bebé, a parte de las necesidades de higiene, alimentación, etc., es la de contacto, presencia y contención adulta para que pueda crear en un futuro, un buen concepto de sí mismo.

Los bebés debería desarrollarse en un ambiente de hogar, con su familia más próxima, pero si ésto no es posible por la dificultad que entraña en nuestra sociedad ejercer una conciliación familiar y laboral que se ajuste a las necesidades de cada familia, es importante buscar una opción donde, sobre todo, el adulto que acompañe a la criatura sepa y comprenda de las verdaderas necesidades emocionales, de crecimiento y supervivencia. Adultos afectuosos, sensibles y atentos a los cuidados, que sepan interpretar sus señales y responderles adecuadamente en todo momento.

Los primeros años constituyen una etapa transcendental para la vida futura. De hecho no existe otra etapa en el ciclo de la vida en la que se produzcan tantos y tan importantes cambios en tan poco tiempo.

Una de las aportaciones más importantes que se han hecho en torno a las necesidades del ser humano fueron las de Maslow (1975). El trabajo de este autor se centró en establecer una jerarquía de necesidades humanas como elemento común a todas las personas; necesidades que actúan como motor del comportamiento humano más allá de las diferencias culturales. Según este autor, para que se puedan satisfacer las necesidades superiores es necesario que previamente estén cubiertas, en mayor o menor medida, las necesidades más básicas, situadas en la base de la conocida como Pirámide de Maslow.
Por tanto, si de bebé no hemos sido recocidos, vistos, nos hemos sentido abandonados cuando hemos tenido necesidad emocional de acompañamiento, comprensión y amor en los momentos de frutración, rabia, dolor, ésto desembocará en una vida adulta donde podamos desarrollar patologías de relación tóxicas, tan comunes en nuestra sociedad de hoy.

Pongamos conciencia a las verdaderas necesidades de los niños para un futuro mejor.

Fuente: XXI. Revista de educación, 10 (2008). Universidad de Huelva. "Procesos y necesidades de desarrollo durante la infancia". Maria Victoria Hidalgo García, José Sanchez Hidalgo y Bárbara Lorence Lara.

domingo, 27 de agosto de 2017

Preparados para el nuevo curso¡¡

Preparados para el Inicio de curso.

Que tal ha ido el verano en familia? :-)

Hemos cargado bien las pilas para iniciar el curso a tope de energía¡.

Información: 626 186 204

lunes, 21 de agosto de 2017

Las Rabietas



Hace unos días leía uno de esos artículos en los que recomiendan cómo actuar ante una rabieta. En él se comendaba en casi todas sus formar, "ignorar" la rabieta.

Yo me pregunto cómo nos sentiríamos si como adultos en un estado de frustración, enfado o rabia, nuestro interlocutor o personas que nos están acompañando, nos ignorasen, sin sentir ningún grado de empatía a lo que estamos sintiendo. Sería interesante que por un momento lo reflexionáramos.

Ignorar una rabieta es ignorar la emoción, es "no ver a la criatura", y esto a nivel emocional, cuando el cerebro no está desarrollado completamente, puede tener unas consecuencias nefastas en la vida de una persona, desde generar inseguridad y miedo hasta depresión en la vida adulta.

Validar, aceptar la emoción en una persona, es verla, es reconocerla, es decirle, sé que esto no puede ser y comprendo y entiendo tu enfado y aquí estoy para lo que necesites pero tengo claro que es un NO a lo que deseas hacer (seguridad, cansancio, ect..).

Es importante conocer cómo funciona el cerebro del niño dependiendo de estado evolutivo en el que se encuentre. También valorar el grado de imposición del límite (por cansancio, seguridad, comer chuches, tablets...ect) y conocer nuestra propia biografía  (nuestra infancia) para causar el menor impacto posible en el niño.

He buscado en la red artículos que hablasen claro del tema, y no he podido encontrar más acertado éste, de la psicóloga infantil, Laura Perales Bermejo.

http://www.crianzaautorregulada.com/las-rabietas/.