El ritmo estrepitoso de la sociedad actual, la incorporación de las mujeres al mundo laboral, los horarios tan complicados para poder conciliar y la falta de iniciativas donde se valoren y respeten las necesidades de un sector de la población donde por su condición de dependiente éstos, los niños, no pueden manifestarse, surgen las Madres de día.
Las madres de día abrimos las puertas de nuestro hogar para recibir a no más de 4 niñ@s para ofrecerles protección, cooperación, disponibilidad a las necesidades emocionales y de movimiento tan características en estas edades.
Tener un espacio donde puedan moverse libremente, ofrecerles recursos naturales, contacto con la naturaleza, observando qué pueden necesitar en cada momento, eso es parte de nuestro trabajo.
La presencia consciente del adulto para que puedan sentirse seguros, la contención amorosa a sus emociones para que éstas se desarrollen de manera sana, mostrar sensibilidad a las señales que pueden manifestar dependiendo del momento evolutivo en el que se encuentren, también forma parte de nuestra ética como Madres de día.
Trabajamos con las familias y con la sociedad en su conjunto, para que los derechos de los menores de 0 a 3 sean reconocidos, así como que deseamos que sean respetados y amados en todas sus fases de desarrollo para que tengan todas las herramientas necesarias para realizarse como persona en lo creativo, emocional, motor, cognitivo y social.
"No es verdad que todo sucede después. Es verdad exactamente lo contrario, es decir, todo sucede antes. El largo periodo más importante de toda vida, en el cual se asientan las bases sobre las que se construirán la personalidad, la cultura, las habilidades de la mujer y del hombre es el de los primeros días, los primeros meses y los primeros años.
Por ello es correcto pensar que las mayores inversiones deben dedicarse a los primeros estadios de vida, de aprendizaje y de experiencias."
Francesco Tonucci "Cuando los niños dicen ¡Basta!
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