domingo, 16 de febrero de 2014

Alegría

Siempre que el niño se siente feliz, haga lo que haga, siempre hay alguien que le dirá: "¡No hagas eso!. El niño lo va comprendiendo poco a poco: "Siempre que me siento feliz por algo, eso es malo". Y naturalmente, nunca se siente feliz haciendo lo que los demás le dicen que haga, porque para él no es un impulso espontáneo. Y así llega a saber que estar triste está bien y ser feliz está mal. Esa asociación llega a lo más profundo.

Si quiere abrir un reloj para ver lo que hay dentro, toda la familia se le echa encima gritando: "¡No! Vas a romper el reloj. Eso es malo". El niño solo estaba mirando el reloj, por curiosidad científica. Quería saber por qué hace tictac. Estaba actuando bien. Y el reloj no es tan valioso como su curiosidad, como su mente inquisitiva. El reloj no vale nada -aunque lo destroce-, pero cuando la mente inquisitiva queda destruida, se ha destruido mucho más: el niño no volverá a indagar para averiguar la verdad.

Alegría, Osho. Pag 80


No hay comentarios:

Publicar un comentario